miércoles, 17 de junio de 2009

un mundo disonante

Al participar, como encuestador en el Censo Nacional para Personas Discapacitadas, auspiciado por la embajada de Finlandia a través del C. S.  E. y que duro del 11 de noviembre al 11 de diciembre del 2007; me di cuenta que existen muchas personas inhabilitadas (¡nunca imagine la gravedad del problema!) por: vejez, enfermedades, accidentes, trastornos mentales, amputaciones, lesiones de guerra…, y esa situación me planteo la siguiente pregunta: ¿por que están así, quien o que determino ese destino para dichas personas?, le expuse mi inquietud a varios cristianos y ellos: me contestaron es la voluntad del ¡Señor!, pero al responderme de esa manera.  Se limitaron a repetir un dogma.  Que la iglesia ha enseñado durante siglos, pero que tan lógico puede ser.  Analicemos: el cristianismo a dicho, que solo vivimos una vez; por lo tanto en cada nacimiento hay, un acto especial donde se crea un alma, nueva para cada cuerpo y es una página en blanco, que iremos llenando con los actos, que realicemos en los pocos años de conciencia que nos fueron concedidos y del balance final dependerá, que seamos premiados o condenados por toda la Eternidad. Articulo de fe establecido por el primer concilio de Trento y utilizado por Martín Lutero en contra de la indulgencias.

 

Muchos creyentes alegaron que Dios nos pone a prueba, pero ¿que necesidad tiene de eso? Si es omnipotente, omnipresente, omnisapiente,… o ¿será que existe un límite para El?: ¿acaso, ignora como actuaran sus hijos cuando nos ponga en este valle de lágrimas?  Ahorra examinemos otro Angulo del problema si cada alma que viene a este mundo, es como un libro sin escribir, no hay una razón especial para que unas nazcan en cuna de oro, y otras en la indigencia, solo el capricho divino distribuyendo la fortuna o la desgracia de los individuos. Puede argumentarse que, algunas personas lograron emerger de las capas mas bajas de la Sociedad y ocupar un lugar destacado: pero se esta hablando De un número muy exiguo. Que más bien constituyen una excepción a la regla.  Otros en cambio teniéndolo todo, la echan a perder.  Lo que nos lleva al punto, De partida: ¿Que hizo el hombre para ganarse el lugar que le asigno la fatalidad, si se supone que esta es su primera y única vida?, ¿Acaso somos un juguete, del sino?

 

Algo así, encontramos en el libro de Job.  Cuando leemos los primeros capítulos de esta obra; observamos que dios convoca a todos sus Ángeles, y entre ellos asistió “Satanás”: como un fiscal presentando sus argumentos en contra del venerable patriarca; siendo la parte medular de los mismo, la siguiente expresión: - Job te bendice por que siempre lo has protegido, pero el día que lo abandones.  De seguro te maldecirá- .  Ante lo cual Jehová accede a probar la fidelidad de nuestro héroe, que al final exclama lleno de amargura frente a las adversidades sufridas sin razón aparente: - ¡Señor tu eres grande, pero yo soy justo, por que me castigas sin merecerlo!- . El altísimo replico haciendo un despliegue de poder: - ¿Donde estabas, cuando yo fundaba la tierra?, ¡Házmelo saber, si tienes inteligencia!, ¿Quien ordeno sus medidas, si lo sabes?-; pero nada de esto justifica que Yahvé halla puesto en peligro a Job, al dejarlo en manos de lucifer.     

 

Ahorra procedamos a responder la siguiente pregunta: ¿que pasa cuando morimos, existes un mas allá para nosotros?, la Biblia en: Eclesiastés 9:5, 10, Génesis 3:19, y Salmo 143:3, 4. Afirma que el hombre al morir simplemente; deja de existir, que no debe de esperar encontrar un reino espiritual más halla de la tumba.

 

Por otro lado las grandes corrientes filosóficas del Esoterismo (Teosofía, Masonería, Martinismo, Rosacrucismo, Templarios, Illuminati, Yogas,…): nos dicen en su, “versión más simple”: que dios creo al universo según las leyes de la evolución, y al final de innumerables eras, apareció nuestro sistema solar; en ese momento la Deidad envió a nuestro planeta.  Incontables chispas para que recorrieran todos los Reinos de la naturaleza (mineral, vegetal, animal y humano), en un largo y penoso Camino de perfeccionamiento.  Teniendo que nacer y morir millares de veces; antes de pasar de un reino a otro, pero en cada una de esas existencias adquirió las experiencias necesarias para escalar de forma lenta pero segura, los peldaños del progreso Evolutivo.  Cuando llegan al reino humano hace su aparición, la ley del karma que establece “que por cada acción que ejecutemos física o mentalmente, hay una reacción.  Que nos afectara en esta vida y en nuestros futuros renacimientos”.  Se podrá aducir En contra de esta tesis: ¿si esto es verdad, por que no recordamos nuestras vidas pasadas? pero si a veces no somos capaces de acordarnos; que hicimos ayer, como Pretendemos evocar nuestras vidas anteriores!, por otro lado existen personas que Han logrado recuperar esas memorias; usando técnicas como las del: yoga, el zen y la Regresión hipnótica.  Dicho conocimiento les ha permitido explicarse, “el por que de las aparentes, injusticias de la vida”.  Llegando a la conclusión que todos están en el lugar que les corresponde, y que la fortuna o desgracia que padece cada individuo, es producto de las acciones que efectuó en el pasado; pero detengámonos un momento y observaremos como algunas personas aceptan su hado, con resignación, dando gracias por todo lo bueno y lo malo que les acontezca negándose a devolver “mal por mal”, dándoles la oportunidad de reencarnar, en una mejor situación.  Por otro lado, los que escogen, regodearse en su desdicha, despreciando cualquier circuntacia que les permita salir del abismo en que se encuentran, se verán condenados en sus futuros retornos: a repetir una y otra vez su infortunio.  Todo esto nos lleva a la conclusión “que no hay un dios que nos castigue, por nuestro pecados, y que los únicos responsables de nuestras acciones somos nosotros”. Y al llegar la consumación de los tiempos, nosotros que iniciamos como simples partículas, regresaremos alegremente “como reyes de la creación”, al seno de nuestro padre. Si todo esto es cierto la mayoría de los discapacitados volverán a tener una mejor vida, como premio a su valor y paciencia; -que así sea y cumpla yo, mi parte-.

 

 

Karl Cerda Téllez

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